a mitad de proceso

segunda crónica from Lucía Marote on Vimeo.

 

A finales de diciembre 2020, a mitad de este proceso y tras haber ganado la confianza unas de otras, seguimos investigando en torno a las pautas o motivaciones que nos puedan llevar a movernos, a bailar. Algo muy inspirador para mí ha sido observar que en este grupo “bailar”, “la danza”, es ya una motivación en sí misma, quizás la más potente y significativa de todas. Podemos trabajar para ir ampliando las posibilidades, para descubrir otras maneras de movernos, para que los cuerpos estén más disponibles y conscientes, experimentar cómo unas músicas nos mueven o acompañan la danza de una manera y otras de otra, pero al final simplemente bailar y compartirlo, mostrarlo a las compañeras, es algo que siempre funciona en el grupo, y presenciarlo es como un regalo. 

 

Hemos generado muchos materiales potenciales para construir una estructura coreográfica, y a partir de aquí empezamos a repetir, retomar, volver a visitar lo que ya hemos hecho para poder profundizar y desarrollarlo. Siento que es importante mantener la frescura, la posibilidad de improvisar, dentro de unos parámetros que puedan ayudar al grupo a mantenerse en una dirección y dentro de una propuesta común.  

 

Después hemos tenido un descanso, y este tiempo me ha ayudado a visualizar lo que hemos hecho hasta ahora, lo que vamos a hacer a partir de ahora, y sobre todo a recordar y constatar el origen y el propósito de este proyecto: yo no vengo a “enseñar”, vengo más bien a acompañar, a organizar un poco, a hacer lo que esté en mis manos para que emerjan y sean visibles las danzas genuinas de este grupo de personas, con su diversidad y su autenticidad. Así, en 2021 empezamos la segunda parte del proceso con una bonita tarea, la de crear, construir, definir una estructura que espero que mantenga y refleje nuestra esencia y que pronto podremos compartir.

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